Aparentemente intuición y conciencia son términos opuestos. El primero se asocia a lo irracional y lo desconocido, el segundo a la razón y el conocimiento. Existe un discurso socialmente aceptado que las mujeres poseen un sexto sentido que las lleva a percibir y a actuar de forma tan clara, que resulta sorprendente. Se considera que esto es resultado del azar, de corazonadas o de alguna inspiración sobrenatural. Pero la intuición en realidad habla del deseo, la experiencia, las creencias y las costumbres, lo cual es ignorado cuando se obtienen resultados satisfactorios. Lo importante es preguntarnos: ¿cómo hacer conciente la intuición femenina, para desarrollarla como una habilidad que lleve a tomar decisiones para el bienestar?
En nuestra experiencia de trabajo con mujeres, hemos observado que esto es posible mediante un trabajo de sensibilización para la autoconciencia. Para ello hemos generado espacios de conversación y reflexión, individual y grupal, que llevan a las participantes a identificar sus deseo e inquietudes y a obtener herramientas que les ayudan a cuestionar creencias aceptadas y que les impiden observar su propio ser. Ejercicios de sensibilización sensorial, técnicas para la espiritualidad, evaluación de estados de ánimo, creatividad, recuperación de experiencias significativas, son algunas de las vías para acceder a la intuición y hacerla conciente.
Como se puede observar, existen alternativas para escuchar la intuición y adquirir habilidades para incorporarla a la vida cotidiana.