Este es el nombre de un cuento de Juan José Millás y me ayudó a aclarar cómo se sienten muchas personas en esta temporada, pero desafortunadamente es algo que no se habla.
He observado que en épocas navideñas, la gente tiende a aumentar su sufrimiento, porque tiene que responder a demandas de los demás, sin ver por los propios deseos.
En esta temporada el deber ser se impone al ser: "Tienes que comprar regalos, adornar la casa, ir a cenar a casa de..etc, etc." Las personas se sienten presionadas y sin posibilidad de decidir nada, es algo ya dado que solamente se tiene que padecer. Y eso no va en contra de las personas que sí la disfrutan, pero en mi experiencia muchas la sufren.
Veamos la historia: "Tenemos que ir a casa de tía Francisca, ya sé que no te cae bien, pero has un esfuerzo que te cuesta es navidad...y por favor no te vayas a poner a criticar a mis sobrinas...¿ otra vez vamos a cenar lo mismo?...Ya va a empezar la pesada de tu cuñada a tomar y a ofender...pero claro es tu cuñada y ni quien le diga nada..."
Estas historias se repiten, pero aparecen como incuestionables e inevitables.
La pregunta es: así como festejamos es como me interesa festejar?, ¿existen otras formas de festejar sin tener que terminar presionados y gastados?, ¿con quien me gustaría festejar y cómo?, ¿y si no deseo hacer ese festejo que otras opciones existen?, se trata de no ser antinavidad, sino de cuestionar la naturalidad con que se dan las cosas y disfrutar como deseamos y no como nos han impuesto. En el momento que escribía esto me habló un amigo que vive en el D.F y se fue a Canadá, me comentaba que él está aprendiendo otra forma de relacionarse con su familia,que pasó la navidad allá y muy agusto conociendo gente, entonces le dije que él era un buen ejemplo de lo que yo venía escribiendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario